Dear Suzie Marlango,
Como te comenté hace algunos días, durante este verano he leido muchos libros y prometí hablarte de cada uno de ellos a su debido tiempo. He leido a Haruki Murakami, a Paul Auster, a Isabel Allende... pero ninguno de ellos, ninguno de sus libros (y hay algunos realmente buenos) me atrapó de la manera que lo hizo Almudena Grandes con El corazón helado.
Ninguno consiguió hacerme sentir tantas cosas. Ninguno consiguió hacerme sentir tanta rabia ni tanta emoción ni tanta impotencia. Ni enseñarme tanto sobre el amor y sobre la familia, pero también sobre lo que puede y no puede perdonarse, sobre el pasado y el presente, sobre la guerra y sobre mi país, sobre los culpables y los inocentes, sobre lo que fuimos en el pasado y lo que somos ahora (aunque tal vez no hayan cambiado tanto las cosas) y, sobretodo, sobre quién soy y cómo me gustaría seguir siendo.
Porque El corazón helado es 'la Historia contada en historias'. La Historia de España y las historias de los que vivieron la guerra y el exilio, los que todavía no han podido curar sus heridas, los que tienen el corazón helado... porque, como dijo Machado: 'Una de las dos Españas ha de helarte el corazón'.
españolito que vienes al mundo...
ReplyDelete¡Ya sabes cuánto me gusta este libro!no soy objetiva con él y no porque no pueda, sino ¡porque no quiero! Para mi leerlo fue encontrar una declaración de intenciones muy bien redactada(¡me encanta como está escrito!). Hay gente que me dice que se le hace pesado, que lo repiten todo demasiado, pero a mi me da la sensación que va directo desde el corazón de Almudena al corazón del lector a través de sus personajes...y te hace sentir esa pena honda que te ahoga y esa alegría agria del que ha vencido sin vencer y esa melancolía y esa nostalgia de aquello que no hemos vivido pero que debemos recordar a pesar de todo para ver si alguna vez conseguimos "ver como cae la manzana y no encontrarla directamente en el suelo, para que sea verdad que una vez muerto el perro se acaba la rabia, para que este país que una vez tuvo un sueño y se lo arrebataron, siga teniendo la capacidad de soñar" y no solo de soñar, si no de tener la oportunidad de hacer realidad ese sueño...yo se que a veces cuando hablo de esto me convierto en anacronía pura para muchos, pero no puedo evitar pensar que nosotros somos esa oportunidad, que depende tanto de nosotros...como dice Ángel González "Sin esperanza, con convencimiento" y cuando ni siquiera nos llega para el convencimiento busco las páginas en que Anita aprende a leer "Anita es una manzanita" y leo con esa emoción contenida de la que antes te hablaba, como se agarraron a la Educación, a la Cultura (y lo pongo con mayúsculas porque estas palabras bien lo merecen),porque eso era lo único que no les podían arrebatar. Y lo leo y lo leo y entonces pienso que no vamos por mal camino aunque los pasos sean pequeños.
A ver cuando nos tomamos un café, ¿no?